martes, 15 de mayo de 2012

Triste pero no triste de la manera que es y por eso es mas triste

y los faros amarillos, deslumbraron en tu rostro una expresión melancólica, tu vestido corto se mecía con la fría brisa de otoño, bailando sobre los faroles como un fantasma, el motor y la cabina del jeep enmudecía cualquier ruido atmosferal y te veía allí estática como una fotografía, me dabas una ultima oportunidad, no para intentar corregir lo que había dicho, no, era una ultima oportunidad para mirar tu inexpresiva expresión, expresándome el mayor pesar que ambos sentíamos, hiciste un ademan y volteaste hacia la puerta de tu casa, fría y dura asemejaba un portal hacia tierras lejanas,
- ¡ mírame!
-te miro pero no te reconozco
-dime lo que sientes
-ya no siento nada
caminaste hacia la puerta y sacaste las llaves
- si me quieres decir algo dímelo antes de que me valla, porque después sera muy tarde, para ti y para mi
- ya es muy tarde para ti y para mi
Te recargaste frente a la puerta un momento para sacarte los tacones, y con ellos en la mano vacilaste por un momento, un segundo, tal vez menos y dentro de mi mente ambos nos escapábamos de todas las ataduras de esta vida que te somete, y que permites que te someta, contigo imaginé una vida de magníficos y anaranjados amaneceres, que miraríamos cada mañana antes de dormir, y de parloteos sobre una mesa de cocina iluminada por una luz espectral.
Te imagine a ti acompañándome el resto de mi vida.
-¡¡¡¡¡Fe!!!!!!
y me miraste, volteaste impaciente,  bajaste un pie del escalón de tu puerta y una lagrima viajo por tu mejilla hasta mi corazón, abrí la puerta del jeep, volteaste hacia la puerta y antes de que sacaras la llave de la cerradura esta se abrió, desde adentro una mano pálida, robusta te tomo y te internalizo en las obscuras sombras de mi olvido, me miraste por ultima vez, pero antes de que se cerra la puerta, tus labios parlotearon promesas que solo el  aire de otoño oyó, cerré la puerta del jeep, me fui y nunca mas pase por frente de tu casa.

martes, 1 de mayo de 2012

Platanos


Y entre y en el piso estaba tu cascara, regada, arrugada, arrancada de tu cuerpo de una manera impaciente e improvisada, no había salido sola, ni tampoco te la habías quitado sola, no me miraste cuando entre al baño, lo miraste a el, y su cara inexpresiva te clamo, el lavabo se presentaba claramente desprendido del azulejo de la pared, desprendido por movimientos impulsivos, y frente a mi aun exaltaban los remanentes de lo que eran suspiros impetuosos, empece a sudar, no fue por lo tórrido de la situación y la habitación, fue porque buscaba  tu mirada, tratando de que  hipócritamente me dijeras cuanto te arrepentías, como había sido un error, que con ella me dijeras que aun todo estaba bien, que tan solo limpiarían el baño y el se iría, pero te limitaste a seguir buscando imperfecciones en su rostro, en su pecho, en sus brazos, sin ti recogí tu cascara y queme el baño, que bueno que el pestillo de la puerta estaba por fuera.