domingo, 27 de octubre de 2013

No se preocupe Dr. el paciente es el que sangra...

ya lo sabia, por supuesto que lo sabia, mientras Ana movía esos carnosos labios, y me confesaba toda la verdad, no de una manera deliberada si no con una razon en mente, yo controlaba los latidos de mi corazon, la profundidad de mi respiracion, el rubor de mis mejillas, por fuera mi temple era tranquila, fria y silenciosa como el acero, pero por dentro la intriga estrangulaba mi corazon, por dentro la veia a ella y a nadie mas, pero al final tenia que verme natural, no podia permitirme que me viera perder la razon, dentro de la casual platica de Ana, dentro de la simple confecion, se escondian sus propios proposistos, y yo lo veia, esa mirada que tenia, la forma en como su boca se sincronizaba con sus ojos, ella trataba de controlarse de la misma manera que yo, ninguno de los dos podia ser descubierto. para mi aquel casino donde habiamos ido a comer estaba vacio, los meseros, el barman, el cocinero, las guapas crupiers, todos habian desaparecido cuando -tengo algo que contarte- dijo Ana con cierta confidencialidad, pero el tono en su voz, la maquinas expendedoras, el buffete, todo me dijo que se trataba de ella, y aunque pude haber tenido una reaccion que Ana pudo haber notado, no lo demostro, -¿Recuerdas a aquella chica con la que antes salias?-me miro directo a los ojos, de una manera dulce, diciendome que siempre lo supo, -¿como se llamaba?, bueno no importa- hizo una pausa y despues de escuchar el vacio que mi tencion habia llenado en la atmosfera prosigio, -escuche que se comprometera  mañana, bueno mañana su futuro prometido la sorprendera- no derrame ni una sola gota de sudor, mi atencion se repartia en incendiar el casino con los ojos, y controlar el equilibrio entre lo real y lo imaginario, la apuñale con una discreta sonrisa -ya lo sabia, tenia entendido que tienen ya tiempo saliendo- era mentira, tan solo el fin de semana pasado, habiamos gopeado nuestros cuerpos, unidos por nuestros sexos, habiamos recorrido la madrugada con la vestimenta de nuestra deznudez, habia confiado los secretos de mi piel a esa mujer, -asi es desde junio, segun me dijo su futuro prometido- me lo dijo mientras vigilaba mi pulso con la mirada, y yo aun tranquilo me daba cuenta que hay 5 meses entre octubre y julio, demaciados secretos entre ellos y yo, -¿como se lo propondra?- lo dije con miedo de que aquella pregunta me delatara, pero en mi mente, el casino Ana y yo, ya estabamos en llamas, ya nada quedaba, -la invitara al cine-dijo -y en la cartelera donde todo el mundo pueda verlo escribira con letras grandes ¿TE CASARÍAS CON MIGO?- y de inmediato conmezo un tema de conversacion completamente diferente, pero yo aun procesaba la informaicon anterior, la veia con su vestido blanco, llorando de felicidad al lado de su esposo, lo veia a él histerico arrancando ese vestido en la noche de bodas, fue una imagen que me dejo mal sabor de boca, el problema no estaba simplemente en la propuesta en si, el problema era un tumor de un caracter mas maligno. Terminamos de comer, me levante a recoger mi abrigo, entonces fue cuando lo dijo -¿Maria verdad?- voltee a verla, mi mirada reflejaba un rastro de miedo, balbucee algo y ella replico -¿ese es su nombre?, ¿no es asi?-