lunes, 27 de enero de 2014

El sueño de una cigarra despierta

Y mientras mi madre revolvia los objetos olvidados en nuestra nueva casa un antiguo baul de madera llamo mi atencion, la obscuridad lo envolvia al final de la habitacion, sus bordes contrastaba con la tenue luz amarillenta que se esforzaba por iluminarlo, despues de revolverlo un poco mi madre saco un objeto bastante extraño, lo levanto sobre sus hombros como si se tratara de una pintura de rembrant, le penumbra de la habitacion habitaba sobre su superficie de madera, un haz de luz amarillenta deslumbro varias imperfecciones talladas sobre ella, era un  cerdo de madera de tamaño real, y a un costado las caras melancolicas de cuatro niños brillaban asperas bajo el barnis de la madera, mi sobresalto fue inmediato, pero mis padres inmutados lo observaron sin expresion alguna, me explicaron que no era una figura normal, que aquellas caras eran la representacion del alma de aquellos infantes que estaban atrapadas dentro del inanimado animal, podia ver como mientras hablaban, sus palabras resonaban en aquellos rebordes irregulares perfectamente grabados que inmóviles, me miraban entre la luz y mis pesadillas. Pasada la media noche el asunto habia sido olvidado casi por completo, el tema de discusion  se orientaba mas sobre politica,  al llegar la hora de dormir, el sueño y la penumbra me ayudaron a cruzar esa delgada linea entre la realidad y los sueños, me ayudo a no encontrar diferencia entre lo que es y lo que podria ser, asi fue como de entre las sombras un sonido poco evidente se abria paso discretamente, mi mente vagaba por la tierra de las fantasias cuando lo escuche, dormia en mi  alcoba entre las sabanas,  cuando un rechinido agudo, fluia de manera espectral casi como si tuviera eco, ¡eran chillidos de un cerdo!, la piel se me entumecio de los pies a la nuca, las gotas de sudor frio contrastaban con la nieve que adornaba la ventana de la alcoba, ¿que demonio podia estar habitando mi casa? Mire la puerta que dejaba entrar la obscuridad a mi mente,  rodear mi alma, se encontraba de par en par, los gritos fulminanates del cerdo fluian con la noche, parecia venir de todos lados y de ninguna parte al mismo tiempo, me resistía a levantarme, pero mi mente sólo formulaba ideas irracionales,  veía sombras, danzantes entre los matorrales, la planicie se dibujaba entre rituales, las sombras se alargaban, bajo la luz de la luna se convertian en hombres, y los hombres a su vez se convertian en sombras, mis ojos repartian mi vista entre los sueños, mientras vigilaban pesadillas, poco a poco los rechinidos del cerdo cambiaron de tonalidad, parecian mas alarmantes, ¡mas infantilez!, al poco rato la casa se habia llenado de sollozos histericos, niños que lloraban por su pena eterna en los confines del averno, atrapados por siempre en un cerdo de madera, ¿que clase de demonio estaria esperando a que saliera de mi alcoba?, mi corazon impulsaba el miedo por mis arterias, se me dificultaba respirar, agitado, no podia llamar a mis padres, me era imposible gritar, susurraba si acaso entre la penumbra que me rodeaba, me arrastre hasta el baul y tome al cerdo contra el suelo del desvan, con una cegueta empece a cortar poco a poco la densa madera, los gritos habian desaparecido y el ambiente se rodeaba con una nube de aserrin, la cegueta llego hasta una capa menos dura , los dientes cortaban con mayor facilidad .......la carne, entre la hoja y la madera brotaron unos hilos discretos de color carmin que viajaron por los costados del cerdo hasta llegar al suelo, freneticamente segui cerruchando mientras el piso se manchaba, al terminar  aparecio entre la madera pedazos de carne y hueso bañados en un caldo de sangre, desperte histerico, baje apresurado al desayuno, le conte a mi madre el miedo que tenia y todo lo que habia soñado, ella escucho atentamente mientras me veía fijamente, lo que yo no sabía es que no habia sido un sueño y que ella no era mi madre.