Te llevas la lluvia hijo.
El auto avanzaba lentamente entre la niebla y el torrente de lágrimas provenientes del cielo, dos semanas habia durado su corta, cortizima visita, y la despedida se alargaba por un trafico inundado en lágrimas, el cielo gris les caia encima, moviendo el auto como a un barco, cruzandolo con los fuertes ventarrones, en los cristales los gusanos transparentes se alargaban lentamente, y a travez de la niebla solo las luces de otros autos perdidos podian verse, Mandalay apretaba en contra de sí su maleta, mientras sus ojos se inundaban de una ciudad apagada, antes de bajar del auto su padre lo mira con tristeza y le repite - te llevas la lluvia hijo-.