Y me envuelvo en las cobijas, enrollado en la cama el dolor
me inmoviliza, el vacío de la habitación me llena, me asfixia, respirar se vuelve
difícil y es ahí cuando las perlas se asoman por la comisura de mis ojos, le
pido a la noche que se lleve mi dolor, que me envuelva en el calor del olvido y
borre esa noche para siempre, le pido que se la lleve y que me deje dormir, que
por la mañana ese recuerdo haya cruzado,
junto con el disco de plata, el filo del horizonte. Pero el frio de la mañana me despierta,
me acaricia mi lomo y me tienta, al abrir los ojos, en mi pupila aún tengo clavada
la imagen del dolor. Vivir es sufrir.
miércoles, 23 de marzo de 2022
Vivir es sufrir
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